Así que nuestra Babushka experimento la primera escarcha en el cerro catedral. Y eso nos avisó que era tiempo para sacar la bolsa de dormir de pluma 😉 Nuestro amigo Marcos, el estudiante en Guía de montaña que nos dejó su casa en Junín, nos contó de un festival de escaladores en Bariloche. Ya en falta de fiesta no teníamos que pensarlo dos veces. Apenas cuando Gaspar se enterró que era un trekking de 4 horas y casi subiendo 1000m en altura había que re convencerle un poco de la misión.
Con la carpa y comida para 2 días en la espalda arrancamos por el sendero al Refugio Frey. Las miles de facetas del camino nos dejaron soñar. Nos sentimos en el reino de la muerte (un incendio dejo todo el cerro quemado y con árboles pelados) en una cuento de hadas (Bosque intocado con arroyo con agua cristalina) y al final un paisaje majestuoso que uno se podía pensar en un libro del señor de los anillos.
La misma noche tocaron unas bandas y un “one man show” a la Spinetta. Se pueden imaginar que con la presentación del segundo artista y el cansancio del acenso nos dormimos rápido. El próximo día aprovechamos a hacer una caminata a un punto de vista donde se podía ver el tronador. ¡Hermoso! Y también escribimos el día que Luis toco la primera vez nieve en su historia …haha, en suiza eso es impensable 🙂
Cuando llegamos de vuelta a ver Babushka no solo Truco entró a los sueños al toque…
Bariloche como ciudad tiene muchas caras, la más querida que conocimos es la sonriente y sabía cara de don Gallego. Hijo de un Gaucho importante en el inicio del último siglo. Teníamos el placer a oír sus miles historias interesantes de un Bariloche que solo se manejaba con mulas, y que tenía granjas de 60 000 ovejas. También nos dio un mano con reparación la de un pistón de freno e invito a una ducha que Luis se pueda quitar toda la grasa. Para Babushkita en general Bariloche significaba renovación y tratamiento de belleza. Un día nos pusimos a pintar el piso con pintura convertidor de óxido y Luis arreglo la puerta y el choque en su cola con masa blablá. El otro día con el electricista nos enteramos que felizmente no era arranque roto pero un simple cable de masa que jodío en prenderla. Así Babushka volvió a su mejor estado 🙂
Sophie 03.03.14